Si fuera fácil no te contratarían para hacerlo. Ahora mismo vender un piso no es difícil, es dificilísimo. Por eso los servicios del profesional inmobiliario son más necesarios que nunca.
Si alguien lo midiera, el índice de dificultad para vender un piso estaría ahora en máximos. De los miles y miles de servicios y productos que se venden hoy en España, un piso es seguramente de los más complicados de vender, más incluso que las famosas preferentes de la banca. De estas, más de un comercial extraordinario probablemente siga vendiendo; al fin y al cabo depende solo de él.
En los pisos, en cambio, hay multitud de condicionantes que el vendedor no puede controlar: el precio que el propietario no quiere o no puede bajar, la hipoteca que ni siquiera el comprador solvente consigue...
Me decía hace un tiempo un cliente profesional inmobiliario: “En realidad yo no vendo pisos, vendo hipotecas. Y como ahora de eso no hay, creo que al final voy a quebrar”. Y quebró.
Pero para mi, justamente por eso ahora es el mejor momento para ser un agente inmobiliario. Ahora que vender un piso es auténticamente complicado es cuando tus servicios se necesitan de verdad.
El momento actual ofrece otras ventajas:
- El propietario está descubriendo que lo que llevas años diciéndole era cierto:
Se acumulan los casos de "tenías razón, debí hacerte caso y aceptar aquella oferta de 150.000e de hace un año; pedía 200.000e y ahora no me ofrecen ni 120.000e". De tanto repetirlo, el propietario acabó creyéndose lo de "si el vecino lo hizo, yo también; esto es fácil, no necesito a la agencia". Pero han pasado los meses, y los años, y miles de propietarios siguen con la casa en venta. En idealista lo estamos viendo en primera fila: tenemos ya casi 1.100.000 inmuebles, y la cifra crece en más de 1.000 cada día.
El vecino que presumía de su venta en el ascensor ya no habla del tema; la gente ya ha descubierto que vender cuesta, y mucho. El propietario se siente impotente y frustrado, y por primera vez está dispuesto a aceptar que necesita ayuda.
Si alguien lo midiera, el índice de dificultad para vender un piso estaría ahora en máximos. De los miles y miles de servicios y productos que se venden hoy en España, un piso es seguramente de los más complicados de vender, más incluso que las famosas preferentes de la banca. De estas, más de un comercial extraordinario probablemente siga vendiendo; al fin y al cabo depende solo de él.
En los pisos, en cambio, hay multitud de condicionantes que el vendedor no puede controlar: el precio que el propietario no quiere o no puede bajar, la hipoteca que ni siquiera el comprador solvente consigue...
Me decía hace un tiempo un cliente profesional inmobiliario: “En realidad yo no vendo pisos, vendo hipotecas. Y como ahora de eso no hay, creo que al final voy a quebrar”. Y quebró.
Pero para mi, justamente por eso ahora es el mejor momento para ser un agente inmobiliario. Ahora que vender un piso es auténticamente complicado es cuando tus servicios se necesitan de verdad.
El momento actual ofrece otras ventajas:
- El propietario está descubriendo que lo que llevas años diciéndole era cierto:
Se acumulan los casos de "tenías razón, debí hacerte caso y aceptar aquella oferta de 150.000e de hace un año; pedía 200.000e y ahora no me ofrecen ni 120.000e". De tanto repetirlo, el propietario acabó creyéndose lo de "si el vecino lo hizo, yo también; esto es fácil, no necesito a la agencia". Pero han pasado los meses, y los años, y miles de propietarios siguen con la casa en venta. En idealista lo estamos viendo en primera fila: tenemos ya casi 1.100.000 inmuebles, y la cifra crece en más de 1.000 cada día.
El vecino que presumía de su venta en el ascensor ya no habla del tema; la gente ya ha descubierto que vender cuesta, y mucho. El propietario se siente impotente y frustrado, y por primera vez está dispuesto a aceptar que necesita ayuda.
- La captación está cambiando:
Durante la burbuja, captar costaba: había que convencer al propietario de encargar a otro lo que probablemente podría hacer él mismo, ahorrándose la comisión. Durante la crisis la captación se ha vuelto más y más fácil: el propietario no consigue vender por su cuenta y pide ayuda.
Pero en ese mar de pisos, los precios excesivos que el comprador no acepta son tónica general. Ahora el reto es dar con los propietarios realmente interesados en vender. Solo ellos aceptarán las duras rebajas hoy imprescindibles para lograrlo. Y la buena noticia es que esos propietarios, escasos donde los haya, están empezando a acudir al profesional que les ofrece sus servicios mediante los canales adecuados. Muchos llevan anunciando su piso desde 2008. El tiempo se les ha agotado y ahora sí se plantean descuentos antes impensables, e incluso encargos en exclusiva, algo también impensable hasta hace poco.
- Menos competencia:
La cantidad de agencias inmobiliarias que ha cerrado en los últimos años es enorme; se habla del 60%. Los que resisten lo están pasando mal y a pocos se les ocurre abrir una nueva agencia inmobiliaria. Tu competencia, por tanto, ha menguado. Tenemos clientes en idealista.com que se han quedado solos en su zona; han pasado de ser 1 de 40 a ser la única opción para el propietario. En algunos municipios no queda literalmente ni una. Empezamos a ver propietarios que acuden a una agencia que está a 30km de su casa para que les ayude a vender.
- Internet + agencia, la combinación ganadora:
Cuando los pisos se anunciaban en los periódicos había particulares probando suerte por su cuenta, sin agencia. Ahora que los pisos están en internet ocurre lo mismo. Pero vender es más complejo que nunca y para que internet funcione hay que tener experiencia. Aparte del asesoramiento especializado que aporta, el profesional dispone en internet de herramientas de marketing online fuera del alcance de la mayoría de propietarios particulares, por su complejidad o su coste. Internet se ha convertido en un aliado de los mejores profesionales para conseguir la tan deseada venta.
En resumen: como profesional, tu valor aumenta si lo que haces es muy difícil y muy necesario. Vender pisos es hoy justo eso: difícil y necesario. El propietario desesperado tras años intentando vender empieza a buscar la ayuda de un buen profesional. Si has logrado llevar tu inmobiliaria hasta este momento de la crisis, ese buen profesional eres tú. Ha llegado el momento de reivindicarse y hacer lo que sabes: vender pisos.
- Menos competencia:
La cantidad de agencias inmobiliarias que ha cerrado en los últimos años es enorme; se habla del 60%. Los que resisten lo están pasando mal y a pocos se les ocurre abrir una nueva agencia inmobiliaria. Tu competencia, por tanto, ha menguado. Tenemos clientes en idealista.com que se han quedado solos en su zona; han pasado de ser 1 de 40 a ser la única opción para el propietario. En algunos municipios no queda literalmente ni una. Empezamos a ver propietarios que acuden a una agencia que está a 30km de su casa para que les ayude a vender.
- Internet + agencia, la combinación ganadora:
Cuando los pisos se anunciaban en los periódicos había particulares probando suerte por su cuenta, sin agencia. Ahora que los pisos están en internet ocurre lo mismo. Pero vender es más complejo que nunca y para que internet funcione hay que tener experiencia. Aparte del asesoramiento especializado que aporta, el profesional dispone en internet de herramientas de marketing online fuera del alcance de la mayoría de propietarios particulares, por su complejidad o su coste. Internet se ha convertido en un aliado de los mejores profesionales para conseguir la tan deseada venta.
En resumen: como profesional, tu valor aumenta si lo que haces es muy difícil y muy necesario. Vender pisos es hoy justo eso: difícil y necesario. El propietario desesperado tras años intentando vender empieza a buscar la ayuda de un buen profesional. Si has logrado llevar tu inmobiliaria hasta este momento de la crisis, ese buen profesional eres tú. Ha llegado el momento de reivindicarse y hacer lo que sabes: vender pisos.